viernes, 23 de agosto de 2013

Crecer para no morir, el reto de las cooperativas

Este artículo publicado el día 19 de agosto en el DIARIO ABC por Asunción Fernández Castillejo recoge la realidad de las cooperativas agrarias de Andalucía, que se puede aplicar perfectamente a las de Castilla-La Mancha o a las de nuestra localidad.
Andalucía es la comunidad autónoma que tiene mayor número de cooperativas agroalimentarias, que representan más del 25% del total nacional, tasa que es aún mayor si se tiene en cuenta la facturación, que supone un tercio del total de las cooperativas españolas. Y sin embargo, las mayores y más potentes cooperativas del sector agrario nacional no son andaluzas, ya que la lista la encabeza una cooperativa gallega seguida de una valenciana. Sólo en tercer lugar se sitúa Hojiblanca, que es la cooperativa andaluza de mayor tamaño, seguida de la cordobesa Covap. Sólo estas dos facturan por encima de los 300 millones de euros. Estos datos confirman cuál es el principal problema de las cooperativas agrarias andaluzas: su escasa dimensión, lo que les dificulta su éxito en el mercado.
En este contexto, no es de extrañar que desde el sector cooperativo andaluz y en concreto desde la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias (Faeca) se haya dado la bienvenida a la Ley de Fomento de la Integración de Cooperativas, que se aprobó en el Congreso el pasado julio.
De hecho, el director gerente de Faeca, Rafael Sánchez de Puerta, no duda en calificar la norma como «la solución» al problema de este sector empresarial. Sostiene que «hay un número adecuado y están dando un buen servicio a los agricultores y ganaderos», pero que «necesitan crecer en dimensión para poder hacer frente a los retos que plantea el mercado actual».
Concretamente y según datos de la Junta, en Andalucía hay unas 800 cooperativas que concentran el 50% de la producción agraria y mantienen alrededor de 40.000 empleos directos. La mayoría de estas cooperativas se encuentran agrupadas en Faeca, que suma 665 cooperativas con 269.212 socios y 4.565 millones de facturación.

Cuestión de tamaño

Sánchez de Puerta explicó a ABC que «el problema no es el número de cooperativas existentes que puede ser adecuado, ya que lo ideal que haya una en cada municipio sino la distribución y el tamaño: no sobra ninguna, faltan cooperativas grandes».
También observa que hay municipios en los que hay tres y cuatro cooperativas incluso del mismo sector, como puede ser el del aceite, mientras que en otras zonas no hay ninguna.
Desde esta federación esperan que el desarrollo normativo dé cumplimiento a las esperanzas que este texto ha creado. Básicamente piden dos cosas: «Que la ley sea suficientemente exigente para que impulse de verdad la agrupación de cooperativas en cooperativas de comercialización de segundo grado; y que dé incentivos económicos potentes que animen de verdad el proceso de concentración».
Así, la Ley de Fomento de la Integración de Cooperativas ha sido una norma muy demandada por Faeca y en la que la federación ha trabajado de la mano con el Ministerio de Agricultura con el objetivo de que sea una herramienta útil a la hora reducir la atomización del sector productor y reequilibrar la cadena de valor. Entre las propuestas realizadas y que finalmente recoge la norma se halla la figura de «entidad asociativa prioritaria», con la que se pretende impulsar cooperativas con suficiente capacidad y dimensión de modo que mejoren su estrategia empresarial, así como su eficiencia y rentabilidad.
Otro objetivo básico de la ley es promover un modelo empresarial profesionalizado y generador de valor, más cercano al de los aventajados países del norte de Europa. Para lograrlo se ha de fomentar las integraciones y fusiones a fin de reducir el elevado número de cooperativas agroalimentarias, tanto a nivel nacional (con cerca de 4.000 entidades) como regional. En este sentido, hay que destacar que ninguna de las 4.000 cooperativas españolas se encuentra, actualmente, entre las 25 cooperativas más grandes de la Unión Europa. Y mientras en España las cooperativas facturan 3,4 millones de euros de media, las cooperativas francesas suman 19,1 millones por entidad, estando a años luz de los 1.346 millones de euros de media de las danesas.
La Ley de Fomento de Integración de Cooperativas prevé la articulación de un Plan Estatal de Integración Asociativo, dando participación a las comunidades autónomas y al sector, e introduce modificaciones en la Ley de Cooperativas de 1999 y en la Ley sobre el Régimen Fiscal de las Cooperativas de 1990 para facilitar la consecución de sus fines. Ahora falta por conocer cuál será el desarrollo reglamentario de la Ley y, según dicen desde Faeca, «sobre todo, que se doten de herramientas y presupuesto, valiéndose para ello de medidas en la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC) y del Plan de Desarrollo Rural (PDR) nacional, políticas desde las que se puede contribuir, fundamentalmente, a que la Ley de Integración de Cooperativas sea un éxito, con el beneficio para los productores y zonas rurales donde desarrollan su actividad».

Entidad prioritaria

De momento, la ley introduce novedades que desde el sector se consideran positivas. Se da mayor flexibilidad en el procedimiento de integración: reducción de trámites, posibilidad de incorporar período de carencia, fusiones entre cooperativas y otras sociedades. Pero, sobre todo, el aspecto más sobresaliente de la ley es que crea una figura nueva la de «entidad asociativa prioritaria», de carácter supra-autonómico y con capacidad para comercializar conjuntamente la totalidad de la producción de sus socios en la que están puestas las esperanzas de lograr concentrar el sector. Y es que con esta figura, no sólo se eliminan todas trabas sino que se la dota de todos los incentivos necesarios para su proliferación como, por ejemplo, prioridad para acceder a determinadas ayudas.
Sin embargo, Rafael Sánchez de Puerta considera que el proceso de concentración que necesitan las cooperativas «no será fácil» pues detecta «mucha resistencia» sobre todo en las cúpulas de las sociedades (gerentes y presidentes) que lógicamente al integrarse en cooperativas mayores pierden mucha autonomía. Por ello cree imprescindible que la ley vaya apoyada de un programa económico suficiente como para vencer estas resistencias.

Autonomías

El único aspecto de la ley al que Faeca pone objeciones por ahora y a falta de ver cómo se concretan las condiciones para acceder en cada sector a esa nueva figura de «entidad prioritaria», es que se condicione ese acceso al carácter supra-autonómico de la entidad. Para Sánchez de Puerta, más que esa necesidad de que la entidad recoja cooperativas de más de una autonomía, el requisito debería ser el tamaño, «tanta producción o tanta facturación, dependiendo del sector». «Qué más da que eso se alcance sólo con cooperativas andaluzas o que sea con andaluzas y extremeñas», dice.
Desde el Ministerio, sin embargo, han defendido este requisito como fórmula de ayuda para superar los «localismos y los enfoques de visión reducida». Así, el ministro de Agricultura, Arias Cañete, defiende que con estas medidas «pretendemos alinearnos con la situación de otros países de la UE, donde las cuatro cooperativas agrarias más importantes de Holanda, Francia o Alemania facturan tanto como las 4.000 españolas. Y la primera de cualquiera de esos países factura 10 veces lo que la primera nuestra». En lo que coinciden cooperativas y el Ministerio es en que aunque la ley prevea mecanismos suficientes para fomentar la integración, la voluntad de aplicarlos tiene que salir de las cooperativas. «Eso significa un cambio de mentalidad, una nueva cultura de organización», aseguró Cañete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario